El maestro de obra sabe que el cemento es un material para la construcción hecho de una mezcla de caliza y arcilla calcinadas que logra endurecerse al entrar en contacto con el agua

También está al tanto de su aplicación o usos. Por ejemplo reconoce su utilidad en los morteros convencionales, los enchapes, la estabilización de suelos, la elaboración de pastas de cemento para relleno, los estucos y el prefabricado de algunas piezas.

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¿Pero conoce el peligro del exceso del agua? Si la respuesta es negativa acá están los riesgos que debe evitar cuando la relación agua-cemento es la incorrecta.

• Vetas de arena, variaciones en color o puntos en la superficie del cemento. Los expertos llaman a esto formación de panales.
• Planos débiles entre cada capa de depósito que al aglutinarse forman orificios que a corto plazo debilitan el cemento y dificultan el revoque o la pintura.
• Fisuras en cimentaciones y en diversas áreas de las estructuras hechas a partir de cemento.
• Deterioros de pavimentos. En zonas de bajas temperaturas el fenómeno es mayor si las capas de cemento se congelan.
• Fisuras en las superficies del concreto. Es decir, espacios que degradan el aspecto de las capas de cemento y generan una exudación por el exceso de agua
• Porosidad en elementos estructurales, a veces denominados “nidos de abejas”, que impiden que el mortero sea grueso y resistente.

Prevenir estas y otras dificultades depende de la experiencia del maestro de obra y de cinco factores muy importantes: relación agua/cemento, distribución granulométrica, calidad del agua y consistencia de la mezcla.

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